Sí, yo también la he tenido, la he sentido y he tenido que descubrir el origen de mi ansiedad y aprender a gestionarla en ciertos momentos de mi vida.
ANSIEDAD: Todos hemos oído hablar de esa palabra que arrastra consigo un gran número de síntomas, pensamientos, emociones y sensaciones sentidas.
Cuando algo nos importa, queremos conseguirlo o mantenerlo, o nos asusta y lo interpretamos como peligroso, nuestro cuerpo se activa para dirigir la atención de forma más minuciosa. Sin embargo, a veces esas sensaciones que nos muestra nuestro cuerpo se desbordan y empezamos a no saber gestionar qué nos está sucediendo.
Aparece aquí esa temida frase: “Tengo ansiedad”. Empezamos a ver el mundo desde el lenguaje de la ansiedad: EL MIEDO. Continuamente pensamos que todo es posible que salga mal, que vamos a fallar y recreamos peligros del futuro de forma que nuestro organismo se resiente.
Empezamos a buscar formas de DESHACERNOS de los síntomas (taquicardia, dolores, insomnio, desregulación con la comida, tensión corporal etc.). Sin percatarnos de una pregunta olvidada y que puede arrojarnos mucha luz… ¿CUÁL ES EL ORIGEN DE MI ANSIEDAD? Descubrir el origen de mi ansiedad y aprender a gestionarla puede ser clave para comenzar un camino distinto.
La ansiedad y su sintomatología aun siendo molestos, no son el problema en sí mismos, sino que esconden algo detrás. Son por tanto la consecuencia. Es como una señal que nos indica que algo no va bien en nuestra vida, que es posible que tengamos un conflicto emocional, una situación, un pensamiento, que no estamos atendiendo.
En ese momento en el que comenzamos a prestar atención al origen de la ansiedad y su funcionamiento, es posible que transitemos de la sensación de amenaza, peligro y enfado con nosotros mismos/as hacia una posición de entendimiento y no enjuiciamiento de lo que nos sucede para poder hacer algo distinto a lo que estábamos haciendo. Aprendemos a darle sentido a la ansiedad y a lo que nos estaba queriendo decir: no estás cómodo/a haciendo esto, no es el camino por el que quieres continuar, esto es algo importante para ti, necesitas desahogarte con alguien, necesitas gestionar este problema concreto de forma distinta, estás sobrecargándote de tareas, no estás diciendo lo que sientes, has de gestionar tu tiempo mejor, ese conflicto emocional del pasado sigue generándote malestar… UN SINFÍN DE POSIBILIDADES. Para descubrir cual es quizá baste con escucharnos en primer lugar y si es necesario recurrir a ayudas externas.
Así, buscamos nuevas formas de contactar con nuestras necesidades, resolver conflictos, relacionarnos con nuestro mundo emocional y reajustar nuestras expectativas y necesidades.